sábado, 14 de enero de 2012

Mis inventos

Posted by Perro Gemelo | sábado, 14 de enero de 2012 | Category: , , , |

Mis inventos

   La tarde cuando cumplí los treinta años  –hace más de diez años de eso–, descansaba bocarriba en la cama doble de mi habitación, estudiaba el techo y pensaba en mis logros; podría decir que me preocupaba mi vida, mi felicidad, pero eso sería faltar a la verdad porque en realidad sólo pensaba en mi situación económica. Ese día concluí que algo raro pasaba con mis propósitos existenciales, porque con mi título, mi inteligencia y mi entrega al trabajo duro, ya debía tener varios millones en mi cuenta corriente, pero ésta seguía tan vacía como cuando era estudiante universitario, así que durante los seis meses siguientes me dediqué a cranear con todas las fuerzas de mi alma en la manera de cómo podía hacerme rico, y así fue cómo llegué al feliz pensamiento de que el camino más corto y directo pasaba por dar un pelotazo espectacular: debía inventar algo original, revolucionario, cuya patente –su venta– me aupara a vivir de los réditos durante todo el tiempo que me quedaba de vida.
   Debo confesar que no me hice rico, pero sí llegué a completar varias ideas útiles cuya aplicación aún no es tan común como debiera serlo, pero de haber tenido el empuje de años atrás, quizás otro gallo me cantara. Expongo aquí algunas de esas ideas como recuerdo de aquellos meses durante los cuáles el cerebro me funcionó a toda máquina.

Lavadoras vs peso
   Todos alguna vez en la vida hemos intentado mover una lavadora de ropa y hemos constatado lo mucho que pesan. Eso se debe a que se les introduce una contrapeso –una pieza de cemento de varios kilos de peso– para asegurar la estabilidad cuando el programa pasa por el centrifugado. Una día que le ayudaba a un amigo a hacer la mudanza, sufriendo el martirio de los ti–tantos kilos que pesaba el maldito chunche, me quedé pensando en cómo sería posible quitarle peso sin perder funcionalidad ni equilibrio, y se me ocurrió que en lugar de la pieza de cemento se podría introducir un recipiente de plástico, vacío, en el que se acumularía el agua de los primeros enjuagues hasta completar los diez o doce kilos necesarios; el recipiente se mantendría lleno y se desecharía hasta completar el proceso de lavado. Todos aquellos que hacen la mudanza o compran una lavadora nueva, me lo agradecerían al momento de subir el bendito aparato por las escaleras y arrastrarlo por casa hasta el sitio adecuado.

Semáforos LED
   Otro día en que esperaba el cambio de luces en un cruce poco frecuentado, sucedió que el conductor de un camión calculó mal el espacio durante una maniobra de retroceso, y con una de las esquinas de su vehículo rompió la luz verde de una cara del semáforo. A partir de allí me quedé pensando en todo la cantidad de energía, cables, metales y otros materiales necesarios para el despliegue, y con el gusanillo en el cuerpo me puse a contar las luces de semáforo que había en la calle en que estaba. Solamente conté las que estaban al alcance de mi vista y llegué a la friolera de ¡ciento ochenta luces! De inmediato se encendieron mis propias luces que me gritaban una gran mejora: ahorro de material, ahorro energético, menos horas de mantenimiento, reducción de personal, disminución de la contaminación visual, etc. Y fue al unir todo eso cuando se me ocurrió la súper idea: sustituir los semáforos de tres cabezales por otros de LED con una sola cabeza, de manera que conservaran todas las luces y señales que son necesarias en cada cruce –igual, sólo una de ellas está encendida en cada instante–; en lugar de colores se utilizarían dibujitos, como las de peatones o bicicletas. Posiblemente todas las empresas implicadas en el suministro de semáforos –metalúrgicas, vidrieras, electrónicas y otras– me odiarían a muerte, pero a cambio el ayuntamiento, la ciudad, el país y la tierra agradecerían mi gran ocurrencia. Luego profundicé más en todos los aspectos de la sustitución y caí en la conclusión de que los afectados por daltonismo y los perros de los no–videntes tendrían problemas, pues ellos se guían por la posición de la luz que brilla –no distinguen los colores–, pero deduje que esa reeducación bien podría salir del ahorro que estaba sugiriendo, así que me quedé feliz con mi idea.

Fórmula I online
   Otra vez, mientras participaba en un proyecto de video vigilancia, cuyas aplicaciones necesitaban ser adaptadas para darle seguimiento a los vehículos que entraban y salían de una zona residencial –la idea era que las cámaras reconocieran unívocamente cada vehículo, entre ellas se pasaran la información, y en cada momento se supiera dónde se encontraba el objeto– se me ocurrió la más grande las ideas: ¿y si se hace eso mismo con la competición de Fórmula I? No sería exactamente igual a lo de reconocer y seguir coches pero el principio sería el mismo: la idea pasaba por dotar a los vehículos participantes en cada campeonato con un GPS, acumular los datos arrojados por cada dispositivo en una base de datos centralizada, y utilizarlos como datos entrada para un juego online de carreras de coches. Luego se venderían participaciones a los miles de fans de las competiciones y, sobretodo, de la Fórmula I, de manera que pudieran participar en una competición contra los F1 ¡al mismo tiempo que la carrera! Con las actuales velocidades de transferencia de datos a través de Internet, hubiera resultado un gran negocio. El problema aquí resultó ser, que a los pijos de la FI no les bastó la promesa de una ganancia de unos dos millones de euros por competición. Dijeron que ellos se gastaban más en las flores para las azafatas que animaban el espectáculo.

   Quizás esta última idea es la que hubiera resultado más beneficiosa para mi cuenta corriente, pero como expliqué antes, ya había perdido el empuje de los años mozos, y ni ésta ni las otras ideas intenté llevarlas a cabo.

Currently have 1 comentarios:

  1. Hombre, es que si para un semaforo monodisco te paras a pensar en los perros en vez de en los daltonicos, es que muchas luces no tienes XD

    Hay toda una ciencia sobre señalicacion...

    A mi me parece que aun vives en el capitalismo, y sigues pensado como "mejorar" las cosas con tus ocurrencias, lo que ahora se estila es como racanear en el proceso. A parte, uno nunca es el mejor en nada, pensar que con una ocurrencia tulla y solo tulla, sin ayuda de nadie, sin mas ideas ni puntos de vista, es para dar el pelotazo, apaga y vamonos.


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